NOTA EXTRAÍDA DEL SUPLEMENTO “Ñ”
En El Colorado, al sur de la provincia de Formosa, lo que nació como una feria de productos caseros ya es un encuentro de artesanos y artistas de todo el país y Latinoamérica.
El Colorado es una comunidad de unos veinte mil habitantes ubicada en el sur de la provincia de Formosa, a orillas del río Bermejo। Es una ciudad joven, de escasos setenta y tres años, que fue poblada básicamente por inmigrantes ucranianos, alemanes y exiliados paraguayos que llegaron atraídos por sus posibilidades agropecuarias. Tuvo su época de oro en las décadas del cincuenta y el sesenta con las importantes campañas algodoneras. Hoy vive básicamente del empleo público y el lento resurgir del campo. En 1989, un grupo de docentes del Instituto Superior de El Colorado, acompañados por vecinos, decidió cambiar el rumbo de sus actividades culturales. En lugar del Salón del Poema Ilustrado que se hacía todos los años, eligió salir a la calle y ofrecer en la plaza central una feria de arte y artesanías. "Esto nos obligó a visitar a cada uno de los vecinos en sus casas, hablarlos para que vencieran su timidez y hacerles ver lo importante que era unirse en un espacio y tiempo común para así conocernos, compartir lo que hacíamos y también venderlo", recuerda la presidente de la feria, Ana Tatarchuk. En 1989 se destinaron dos días a este encuentro. A partir del año siguiente se decidió hacerla durante tres días: viernes, sábado y domingo a mediados del mes de octubre. En octubre de ese mismo año, cerca de cien artistas y artesanos locales ocuparon lo largo de una cuadra de más de doscientos metros, frente a la plaza San Martín, y mostraron sin temores: tallas en madera, pinturas, escabeches , mangos de cuchillos, fotografías, esculturas, cintos, libros, sandalias, miel quemada, poemas ilustrados, cestería quom, bombos, embutidos, collares, sombreros, muebles y cientos de cosas hechas en casa, secretamente hechas. En silencio y con paciencia, los vecinos de El Colorado construían sin saberlo su manera de ser y estar en el mundo. Mientras, un escenario mínimo, apenas un entarimado elemental, ofrecía chamamés, cantos, danzas, monólogos, gimnasia artística y recitados criollos. En 1991 se abrió el espacio a artistas y artesanos de todo el país. Incluso se presentaron hacedores del Paraguay, Chile, Perú, Bolivia, Uruguay y otros países de América Latina. Eso sí: "no se descuidó al expositor local, se buscó que éste se enriqueciera a través del diálogo con colegas de otras partes", aclara "Polo" Núñez, uno de los pioneros de este encuentro.En 1992, con motivo del V Centenario de la llegada de los españoles a América, Feriarte decidió darle más relevancia que nunca a las expresiones artísticas y artesanales de nuestros pueblos originarios. Los tobas acompañaban esta feria desde su primera versión, lo hacían con su natural manera de pasar desapercibidos, de mimetizarse detrás de su cestería, de elegir aquellos espacios de exhibición más alejados del público. En octubre de 1992, se sumaron los wichíes del oeste formoseño. "Han participado en distintas ediciones de nuestra feria. Por lo general se han acercado por la mediación del padre Francisco Nazar. Es inolvidable ver a una mujer wichí mientras prepara el yaguar con el que tejerá una yica, mientras explica de dónde obtiene los tintes naturales que usará en su diseño", cuenta con orgullo Ana Tatarchuk . "Esa edición de 1992 fue para mí una de las mejores. Ahí me di cuenta que sólo Feriarte podía juntar en un mismo lugar aquello que llamábamos, en los papeles, la diversidad cultural", dice Juan Décima, un artesano de Clorinda, que nunca faltó a Feriarte. Actualmente, se cuenta con un enorme escenario techado y equipado con tecnología adecuada. Por este escenario han desfilado grandes artistas nacionales como Los hermanos Avalos, Tarragó Ross, Camila Cafrune, Los cantores del Alba o Los Tucu Tucu. Entre los chamameceros, que tanto gustan a los coloradenses, figuran Mario Bofil, Los Alonsitos, Coqui Marola, Horizonte Cuatro, Los hermanos Borda y muchos más. De la provincia de Formosa han participado, entre otros, Los Changos de Lavalle, Elena Godoy, Pili del Turco y los coloradenses Eugenia Miño, Silvina Figueredo y Hugo Galeano. Una de las expresiones más populares de Feriarte es la danza nativa. Bajo su influjo nacieron muchas academias de baile. "En la formación de un niño o un adolescente coloradense es imprescindible la danza, es natural que haya pasado por alguna de las tantas academias de bailes, públicas o privadas, que hay en esta localidad", comenta Orlando Torres en su programa radial dedicado a Feriarte. Son tantos los bailarines que desean pisar el escenario de Feriarte que desde hace algunas ediciones a ese espacio se lo ha denominado Feridanza.Para la Vigésima primera edición a llevarse a cabo a mediados de octubre de 2009 ya se está trabajando. Lo están haciendo sin descanso, los artistas y artesanos locales que han hecho suya para siempre esta maravillosa idea.
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